Con el sonido del suave murmullo de la corriente de un arrollo a mis espaldas, como única y agradable compañía, encontraba me meditando sobre el porque y el para que, de nuestra existencia, en este, nuestro tan vasto y encantador universo, cuando una pregunta llegó a mi mente, primero tímidamente, mas luego, adueñándose por completo de ella, como quien entra a un lugar que sabe suyo, cual palomino buchone, entrando por la noche, a descansar, en su palomar, luego de una agotadora jornada. Los casos de abducción extraterrestre, enormes cantidades de datos dentro de esta por demás abundante e interesante casuística, parecen confirmarlo, se dan en su mayoría de los casos, en apartados y solitarios parajes, (solo unos pocos de estos hechos tienen lugar en las grandes y populosas ciudades de hoy en día, y sin duda la mayoría de estos casos están relacionados, con contactos o aperturas multidimensionales), en rutas o olvidados caminos, cuya iluminación es muy deficiente, o nula, en la mayoría de las veces, y no recordando el porque de la elección de este trayecto, fuera de todo mapa, por el sorprendido conductor. Esta tipología de casos, este sorprendente proceder, fue dado a conocimiento público a mediados del siglo próximo pasado, en la década del 50, por el matrimonio interracial norteamericano, conformado por Barney y Betty Hill, esta pareja, que un principio, solo recordaba el haber sido “perseguida” por una nave, poseedora de una fuerte luz, recordó mas luego, ya bajo un trance hipnótico, el hecho de haber sido obligada por la fuerza, a ascender en este ingenio volante de naturaleza extraterrestre, y de haber sido sometida a innumerables series de análisis, sin otro fin aparente, que el de satisfacer la curiosidad científica de estos extraños seres. Hoy en día, a mas de medio siglo de esos escalofriantes sucesos, cuando grandes radares surcan el estrellado cielo en busca de señales de radio inteligentes y extraterrestres, las grandes mentes materialistas de la humanidad, parecen buscar en la inmensidad del cosmos, lo que quizás podría ser encontrado en las cercanías. Como una broma macabra, se repite en letanía el “ver para creer”, que tanto atraso, trajo, trae y traerá a nuestra malograda humanidad.
Cual Lama en su ermita, de las alta zonas montañosas del Tibet, reasumiré mi interrumpida meditación (¿o quizás esta pregunta formaba parte de ella?), aunque se que desde ahora una nueva cuestión abarcara mis pensamientos...OM MANI PADMI OM...
Cual Lama en su ermita, de las alta zonas montañosas del Tibet, reasumiré mi interrumpida meditación (¿o quizás esta pregunta formaba parte de ella?), aunque se que desde ahora una nueva cuestión abarcara mis pensamientos...OM MANI PADMI OM...
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