Diferentes investigadores en distintas disciplinas y regiones comenzaron a abordar de otra manera fenómenos que hasta entonces eran inexplicables para el ser humano por no hallarles ninguna pista de orden, sentido o coherencia. El supuesto fundamental de la teoría del caos es que la unidad individual no importa; lo que importa son las simetrías recursivas entre los diferentes niveles del sistema. El caos se constituye como ciencia al hallar entonces ciertos reguladores de largo plazo, cierta simetría de conjuntos, atractores y nodos que configuran leyes que de allí en adelante permiten trabajar con el azar, con lo inestable, lo disipativo, lo incierto. Los fenómenos que la ciencia del caos maneja ya venían de tiempo atrás, pero eran más una molestia para los científicos que un motivo de indagación. Hacia falta que investigadores de diferentes disciplinas aparentemente "desperdiciaran" sus capacidades en contemplar las nubes o la turbulencia de un torrente, el goteo de un grifo o el humo que se eleva desde un cigarrillo para que aparecieran explicaciones y teorías tales como el principio de universalización que explica el caos de lo grande y lo pequeño y permite así configurar regularidades. "El efecto de la mariposa" (una mariposa que vuela en Honk-Kong puede producir una tormenta en New York) de Edward Lorenz. Los "Atractores Extraños" de David Ruelle. Las "Bifurcaciones" de Robert May, y en general, la emergencia de nuevas propiedades a partir de la ruptura de la simetría en un sistema.
lunes, mayo 2
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