Cuando nos referíamos al tercer ojo, y escribíamos sobre una ceguera, no lo hacíamos de una forma literal (no es que alguien se quede ciego como resultado de una aguja clavada en una fotografía). La intención de ese “hechizo” es que la víctima no se de cuenta de algo (como que tiene vendado los ojos), que esa persona no sospeche nada, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Por ejemplo (y este no es el caso, es solo un ejemplo), un marido engaña a su esposa, y alguien le recomienda hacer esta “brujería” para que la esposa no sospeche nada, para que no “vea” este engaño. Lo recomendable es hacer esta “brujería” y ocultarla, que no sea descubierta enseguida, ya que de esa forma tiene menor eficacia (la que ya de por si sería muy poca, según algunos conocedores de esta temática).
martes, agosto 16
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