Yo sigo sosteniendo que un caso así, como es que el que nos convoca en este caso, trataríase de lo que la ciencia (o pseudociencia) parapsicológica encuadra dentro de los fenómenos poltergeits o Pker, máxime teniendo en cuenta de que el movimiento del objeto en cuestión pareciese haberse producido sin intervención externa. Antiguamente (y con esta palabra estoy haciendo referencia a algunos años atrás, y no a los tiempos grecorromanos) se podría ver en estos prodigios la intervención de seres desencarnados, duendes (como bien citaron por ahí), ángeles o algún dios (de esos que pululan en el imaginario de la humanidad), pero en estos días (año 2006 de nuestro señor) yo soy de la opinión (junto con Fabio Zerpa y el mexicano de simpáticos bigotitos) de que son poltergeits, y los casos han sido ampliamente investigados y obviamente se llego a esa conclusión luego de exhaustivas investigaciones, las cuales, como ustedes parecen ser legos en el asunto, no pienso citar, pero en el supuesto caso de que estén interesados en el asunto pueden leer el libro "Los poderes Ocultos de la mente" excelentemente escrito por el hispano Enrique de Vicente de la colección año cero. Ahora bien, con esto no estoy diciendo, en absoluto, que descrea de los duendes (o algunos de los otros entes que aparecen en mi texto) y tampoco lo estoy afirmando, pero a menos que el amigo de Luis, eligiera para construir su confortable vivienda, algún lugar boscoso, alejado del contacto de sus congéneres, es poco probable que el movimiento de este vaso debierase a la intervención de estos seres, que como se desprende de otro texto de mi autoría ("Duendes Asesinos en Ezeiza" que casualmente esta en un concurso de escritura y puede ser votado por todos ustedes "Amigos y Amigas"!!!) eligen para vivir zonas boscosas y en lo posible lejos de los seres humanos (a los que por otra parte, tampoco, parecen respetar mucho).
viernes, noviembre 10
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