martes, febrero 13

El Regreso del Hijo de Nazareno Cruz, “El Lobo”...

Recuerdo aquellos días felices y lejanos cuando el mirar la luna llena al elevarse sobre el horizonte no me producía el temor y el dolor que hoy envuelve mi cuerpo.

"Soy un pobre guachito, nadie me quiere" repetía cuál letanía el niño al marcharse del pueblo, y sus vos hacía eco en la quebrada salpicada de cuevas, "Soy un pobre guachito, nadie me quiere" volvió a decir...
Dos viejas mientras barrían una imaginaria vereda, vieron pasar al niño al marcharse, "Pobrecito el guachito, nadie lo quiere, se va a ir del pueblo...", "Ma que pobrecito, es el hijo de Nazareno cruz!!"..., "Que se vaya a la mierda, entonces!!!"...
Y así fue como abandone el pueblo, solo y con dolor, me olvide de todo, hasta del nombre de ese lugar que estaba maldito en mi memoria, ¿o acaso la maldición pesaba sobre mí?.

No olvidé mi nombre, "Tomás Cruz", y crecí lejos de ese pueblo olvidado por mí y por la mano de dios, soñé con ser piloto de avión de guerra, un "Top Gun", pero siempre odié las guerras y me decidí por las ciencias veterinarias, siempre infundí cierto respeto en las bestias, hasta la más feroz de las alimañas se aquietaba en mi presencia, más que respeto, era miedo, pero eso no lo sabía.

Cierto día tuve que ir a un pueblo, una extraña ¿enfermedad? atacaba misteriosamente al ganado lanar del lugar, leí el nombre del lejano y solitario paraje "Galápagos", esa palabra resonaba en mi mente, me hablaba de otros tiempos lejanos, de niñeces perdidas. Cuál araña que teje pacientemente su tela, mi destino tomaba forma lenta pero constantemente.

Y llegué, me instalé y comencé mi trabajo, la investigación de esa extraña enfermedad, recibí la bienvenida y la colaboración de los lugareños que se mostraban simpáticos, salvo de la bruja del pueblo "La Lechiguana" le decían o se hacía llamar, era como si me conociera, "No te enamores Cruz" me dijo, "Cuando conozca el amor, Cruz, la maldición caerá sobre ti", "No te enamores Cruz, no sigas la suerte de tu padre, el Nazareno"... Vieja loca, de mi padre no me acordaba, ¿Qué podía saber ella? Quizás lo había percibido al otear las cenizas de la fogata, vieja loca, irracionalidad alejada de todo punto de contacto con la ciencia, que todo pareciera saberlo.

Una tarde, cuando caía el sol, y un suave viento mecía el delicado polvillo que cubría las solitarias callejuelas, decidí darme una refrescada en el río que había bajando la cuesta. Un grupo de mujeres, pareciendo olvidar que ya estabamos en el siglo XXI, lavaban sus prendas a la vera del río. Y ahí fue cuando la vi, ahí estaba ella, y ahí fue cuando me enamore, de sus cabellos color azabache, de su piel morena (que quiero besar), de su cuerpo, de toda ella, y ella se enamoró de mi, o al menos le gusté, vaya a saber el porque, quizás porque era forastero, quizás porque era inclasificable en las categorías que ella conocía, o quizás porque tenía todo los dientes (algo asombroso entre mis desdentados compañeros de sexo en aquel desolado y polvoriento pueblo).

Fuimos felices, fui feliz, mientras duró esa alegría, olvidé a que había venido al pueblo, el rumor del río era la banda de sonido de nuestras caricias, la estrellada noche, nuestra cómplice, solitaria testigo de nuestro amor.

"No te enamores Cruz..." había dicho esa vieja, La Lechiguana... "La maldición Cruz..." resonaba en mis oídos... "Lo mismo le paso a tu padre... el Nazareno..." había predicho. Y entonces vino la noche, y con ella la luna, la luna llena, y el dolor, el fuego que me quemaba las venas, la boca seca, la mutación, hambre, sed, sed de sangre, sed que tenía que ser saciada, una noche una gallina, una noche un conejo y otra una oveja, y de día ese gusto agrio, esa pastosidad, esas muertes inexplicables, esas víctimas desangradas, que con todo ahínco investigaba sin sospechar siquiera la verdadera razón (o la carencia de la misma).

Una mañana, mientras caminaba, y el eco mis pasos resonaba en la quebrada, fue que se me apareció, satanás lo llamaban, lucifer, el mismísimo mandinga en persona, vestía de negro, como la noche, su fiel amiga, sombrero negro con borlas, parecía un andaluz o algo así (si así es como lucen los andaluces, vaya uno a saber), "Que mal, Nazarenito!!, te enamoraste, como tu padre!!" Me susurró al oído, con una voz que recordaba el silbar de una serpiente, que al parpadear me pareció ver en el lugar que ocupaba ese ser, y de nuevo estaba el maligno, "Tu cuerpo pide sangre!!!... pero no de bestia!!!...", y al mirar vi un macho cabrío, y otra vez él con su hipnótica voz, "De bestia no... Nazarenito... tu cuerpo pide sangre de humano!!!" y esa última palabra rebotando en la quebrada, en los cardos, el viento trayéndomela a mis oídos, y al mirar ya no estaba, quizás lo había imaginado, quizás no. El círculo se estaba completando, un triste "mandala".

Pasaron los días, y parecieron borrar de mi memoria esos tristes sones, otra vez todo fue felicidad junto a mi amada, otra vez su piel morena que me embriagaba, sus labios, dulce fruta, su cuerpo que recorría todo sin saber que era como una autopista al infierno, al que mi alma descendía cada día más, a la par que mi cuerpo se elevaba junto al de ella.

Y llegó la noche de aquel fatídico día, otra vez fui bestia, y quería sangre, y ya me habían dicho, solo una sangre podía calmar mi dolor, sangre como la de ese ebrio, durmiendo bajo la luz de la luna llena, sangre que brotaba a borbotones, ahogando sus gritos de pavor y sufrimiento, sangre que calmaba el ardor de mis venas. Pero alguien escuchó, y el pueblo entero salió a buscar a esa bestia, llamaron al veterinario pero no salió, "Andará de romance" se convencieron y encontraron el cuerpo, y eso enardeció aún más la turba, que clamo por venganza, y persiguieron y acorralaron al animal, "Es un lobo"... dijeron por ahí, "Vamos a darle lo que se merece", "Matar borrachines", "Faltaba más" se escucho decir, primero fue una piedra, la siguió una lluvia de ellas, y la bestia herida de muerte, cayo al río, y el río se llevo al cuerpo del Nazareno, al Tomás a una cueva, lejos del recuerdo de la gente.

Pasaron los meses, y una mañana, el llanto de un bebe al llegar acompañó el último exhalar de una madre que partía. "Le pusieron Nazareno..." le dijo la vieja parturienta y bruja del pueblo, al que todos llamaban La Lechiguana al mandinga, que le hacía compañía. "La serpiente se muerde la cola..." pareció agregar. "Y si... así son las maldiciones... vieja chota!!".

La Luz Mala (+ bonus track)...

Ahijuna, noche cerrada y oscura, cual boca de lobo, hace frío y estoy lejos de casa, enfilé pal rancho donde me espera mi prienda, tarareando unos sones del Chaqueño "La Sin Corazón" cuando a las leguas divisé una luz, verla, desmontar de mi fiel equino y desenfundar el facón fue una sola acción, verla y reconocerla fueron dos.
"El efecto óptico popularmente conocido por el llamativo nombre de "luz mala", podría deberse principalmente según se cree, a la fosforescencia de los huesos, estas osamentas (vacunas, equinas, lanares y otras) esparcidas a diestra y siniestra en el suelo campestre mostrarían un tinte fosforescente bajo la luna (llena principalmente), y bajo la luz de las estrellas, luz ésta, que no puede ser apreciada en su justa y real magnitud en la ciudad, donde la luz de las estrellas se ve opacada por las luces de la ciudad, que dicho sea de paso, encandilan a mas de uno."
Otra causa que podría explicar estas misteriosas luces, sería la emisión de metano en los pantanos, gas que se produciría en la descomposición de la materia orgánica, y que al llegar a la superficie del pantano estas burbujas o volutas, entrarían en combustión (vaya a saber uno con que), produciendo en la inmensidad y la oscuridad del paisaje pampeano un curioso y misterioso efecto."
"En otros lugares de habla hispana estas misteriosas luces son conocidas por el nombre de fuegos fatuos o fuegos de San Telmo."
Ya lo sabemos, la luz mala no existe, cuando la nombramos no lo hacemos por ignorancia, lo hacemos por venganza, al igual que cuando los mandamos a ordeñar un toro, o cabalgar un potro sin domar (con la secreta esperanza de que queden como el que hacía de superman), malditos citadinos universitarios, porque ustedes cuando nos ven con ropas gauchas, dicen que andamos disfrazados...
Monté a mi potranca y continué mi camino, a lo lejos divisaba otras luces, las del sol de noche de mi rancho...

Les dejó un poema gauchesco que se recita en de "lo nuestro con humor", que lo tengo grabado en vídeo, y cuando siento añoranza por mis pagos lo veo.

Pesadilla Psicocristalina Campestre

Sueño que estoy en Roma...
Sueño que estoy en Macedonia...
Chupando quircas de birra...
Fumando quircas de maconia.

Sueño que llueve el vino...
Sueño que llueve la gancia...
Sueño que llueve el vodka...
En los campos de mi infancia.

Corro por las orillas...
De los mares de cerveza...
Vuelo con mi potrillo...
Pisando charcas de tristeza.

Sueño que sueño un sueño...
¿Sueño que estoy soñando?...
Sueño que estoy chupando...
Y de vivir olvidando.

Más cuando me dispierto...
No me gusta lo que veo...
Mientras que haiga chupi...
En este sueño, me quedo.

Que bien qué lo recita Quique Dapiaggi...

lunes, febrero 12

Vimanas...

En relación a aquello que nos relata "Subnemesis", en los antiguos textos, escritos en sánscrito (una de las lenguas de más antigüedad) de la India, se hace mención a los "vimanas", incluso se explicaría su funcionamiento, a bombas que recuerdan a nuestras actuales (bombas atómicas y H), y a una gran guerra que envolvió a dos bandos antagónicos y que asolo a nuestro orbe (algunos autores ven detalles de una conflagración Atlante – Hindú) que podría perfectamente ser astroarquelogía o detalles de civilizaciones anteriores a lo que, tan alegremente, se denomina "prehistoria".

Índigo y Cristal II...

La verdad que no sabría decir si existe otra web, AngeldeCristal, que hable del tema (seguro que hay miles), sé de un libro de la colección infinito, que respondía a ese nombre, sobre este tema podes buscar libros en Librería Kier Av. Santa Fé 1260 (www.kier.com.ar), teniendo en cuenta que eres de la zona y estas en la temática, ya conocerás la misma, pero tenía ganas de escribir algo. Por otra parte, no sé a que hacen referencia estos autores (¿conocedores del tema?) al decir que tal alma es extraterrestre, como si tal o cual alma fuera propiedad exclusiva de algún planeta, algo que carece de lógica desde cualquier punto de vista no materialista (creer en la existencia del alma también puede carecer de lógica, parecen decirme). Continuando con la discusión planteada tiempo atrás (creo), el cumplir la "misión", sin duda alguna parte del "Dharma" de una persona, no puede ser algo desagradable, a priori podría parecerlo, pero habría que estar más metido en el asunto para juzgarla. No cumplirla, teniendo la certeza de que sabemos cuál es, obviamente sumara Kharma negativo a dicha persona, y tarde o temprano, en esta o en alguna otra vida, deberá cumplir su misión (siempre y cuando la reencarnación exista, algo de lo que no tengo dudas, pero no hablamos de mi).

jueves, febrero 8

¿ETs entre nosotros?...

Quizás Subnemesis se refiera al hecho de que no se hacen conocer públicamente, su texto (al igual que la encuesta) no niega, implícitamente la inexistencia per se de seres hipotéticamente extraterrestres conviviendo con nosotros. Ahora ustedes dicen que actualmente seríamos visitados por seres de dos razas similares, denominados popularmente como los "Grises" (sin entrar en detalles de siglas conocidas solo por ustedes), y ¿que fue de los "UMMITAS"? ampliamente investigados por ufólogos de la talla del recordado Antonio Ribera (el también hispano, como nuestro amigo Origho), se trato, como aseguran de ¿un "affaire"?, ¿de un invento de un bromista? y de los ¿venusianos de Adamski? y el ¿del enfermero madrileño Alberto San Martín? sin duda alguna todos casos, que los memoriosos traerán a la palestra como incontrastables recuerdos de otras especies, que al igual que los denominados "grises" pueden estar a nuestro lado y nosotros no sospecharlo, o también, por qué no, tratarse de un fraude.

lunes, febrero 5

Recuerdos del Plano Astral?...

Hola "Hada Rosa", muy interesante lo que relatas, en primer lugar, supongo que no deberías temer encontrarte con tu abuela (si ella fue buena en vida, con más razón lo será ahora). Para muchos, los sueños son recuerdos de viajes astrales (cuando se separa el cuerpo Astral del cuerpo físico) inconscientes, quizás vas al plano Astral, que es donde morarían las personas que se encuentran desencarnadas, y en ese lugar te encontrarías a la que fue tu abuela, sin duda alguna, para compartir un momento agradable (si no fuera así, hay quienes dicen, si la persona te resultara desagradable, no te la encontrarías, porque las frecuencias "vibracionales" de sus moléculas se encontrarían desarmonizadas con las tuyas, y esa desarmonía solo podría darse en planos como el físico, nunca en planos más elevados espiritualmente, aunque, claro está, hay quienes piensan lo contrario, quisiera saber que explicación le dan a este curioso fenómeno). La próxima vez que te la encuentres, plantéale el tema, de que a vos te da miedo el recordar esos encuentros, quizás ella pueda darte la explicación que, sin duda alguna, te dejara más tranquila. La casa en zona alejada de la civilización, ¿existe solo en el sueño?, ¿o tu estas contando que vivías allí? (esa parte no la entendí).

jueves, febrero 1

Reencarnación VI...

Bueno, habría personas que, obviamente, no estarían de acuerdo con las palabras vertidas por Hitman, los buddhistas aseguran que, si bien, un espíritu, en este plano físico, y en esta encarnación en particular, puede no conocerse el destino, en el plano Astral lo conoce, obviamente elige en que familia (y cuando encarnarse – nacer) para cumplir ese destino (que forma parte del Dharma), y si su destino es crear la cura para una enfermedad, puede decidir no hacerlo (para eso tiene el tan mentado libre albedrío) obviamente, en parte, será responsable por la gente que muera de esa enfermedad, y tendrá karma negativo para pagar en vidas posteriores.